En 1865 y hasta 1870, Argentina, Brasil y
Uruguay se aliaron para realizar una
guerra que aniquiló al Paraguay. Tres países contra uno solo durante 5 años,
resulta una matanza que solo puede ser calificada como una canallada.
En aquel entonces, el Estado paraguayo
practicaba un celoso proteccionismo que molestaba a las ambiciones
imperialistas. Para describir las
consecuencias, son ilustrativas las palabras de Eduardo Galeano:
“La
miseria empuja al éxodo a los habitantes del país que era, hasta hace un siglo,
el más avanzado de América del sur (…)
Los paraguayos sufren la herencia de una guerra de exterminio que se
incorpora a la historia de América Latina como su capítulo más infame (…)
Brasil, Argentina y Uruguay tuvieron a
su cargo el genocidio. No dejaron piedra sobre piedra. Ni habitantes
varones sobre los escombros”.
Y “la Guerra de la triple Alianza continúa”
dice Galeano…. porque con ella se destruye un país que hasta ese momento no
tenía la interferencia del capital extranjero.
A partir de ese acontecimiento comienza un proceso de saqueo y
concentración de la tierra que se ha profundizado a lo largo de la historia
hasta llegar a la actualidad con el 87% de las tierras en manos de un 3% de los
propietarios. Ese 3% además hoy recibe financiamiento internacional de empresas
transnacionales que manejan la política del país en el poder ejecutivo,
parlamentario, judicial y los medios de comunicación del Paraguay.
Esta clase terrateniente manifiesta un
desprecio por la vida humana de los más pobres, es decir, de la mayoría del
pueblo paraguayo. Diariamente vemos como
esta clase terrateniente hace ostentación de su riqueza, de su poder y de su
autoridad avasallando los derechos y la voluntad popular, quebrantando la
democracia.
Mientras Paraguay siga sosteniendo sus índices
de pobreza, de mortalidad infantil, de muertes por enfermedades evitables, se
sigan persiguiendo y reprimiendo las luchas sociales, principalmente
campesinas…mientras Paraguay siga siendo uno de los países más desiguales del
mundo, la guerra de la Triple Alianza continuará en vigencia, porque es el
imperio de los más ricos el que se lleva la vida de niños, adolescentes,
adultos y ancianos.
Hoy al igual que los niños que combatieron
disfrazados de adultos, igual que los hombres que murieron en el campo de
batalla, que las mujeres que sirvieron durante la guerra y que reconstruyeron
un país en ruinas luego la guerra; al
igual que todas esas personas que lucharon, nos toca pelear contra los
poderosos sin más recursos que nuestros cuerpos y nuestras palabras. Y al igual
que aquellos estamos dispuestos a resistir por la libertad, la justicia, la
igualdad y la verdad.
Es por eso que hoy estamos convocados a luchar
por recuperar la democracia; y porque queremos justicia exigimos la inmediata
liberación de los presos y presas de Curuguaty. Dos de ellos llevan más de 30
días de huelga de hambre. Las personas encarceladas han sido violentadas en sus
derechos. Ellas son objeto de permanentes torturas físicas y psicológicas.
Nunca recibieron asistencia médica adecuada. Hay dos mujeres embarazadas y un
adolescente de 16 años condenado por llevar comida y agua a su hermano que
resistía en Curuguaty.
Las acusaciones no tienen fundamento y no hay
garantías para estas personas. Sólo hay un
Estado criminal que las persigue.
La
guerra de la Triple Alianza fue una canallada para perpetuar el imperio
británico. La Masacre de Curuguaty fue una canallada para derrocar un gobierno
democrático y seguir favoreciendo al poder de las clases dominantes que ahora
tienen una nueva forma: las transnacionales que se siguen sirviendo del país y
sus recursos.
Movimiento 138 convoca a todos los presentes a
luchar por los derechos humanos en el Paraguay con acciones concretas.
Reclamando todos los días, a cada hora y en cada lugar la libertad de los presos y presas del caso
Curuguaty. Justicia y reparación para las víctimas de esa masacre que se llevó la vida de 17 paraguayos y
además cuatro luchadores sociales que fueron exterminados a sangre fría durante
el gobierno de facto de Federico Franco.
Estamos juntando firmas, adhesiones,
convocando a la gente a participar de actividades que buscan instalar el tema
en la opinión pública y ejercer presión sobre aquellos tiranos que no respetan
la vida. Queremos romper el cerco mediático que se ha tejido sobre gran parte
de la población paraguaya y sostiene el silencio y la impunidad.
Esta es nuestra palabra.
Movimiento
138.
Discurso
pronunciado durante el acto de conmemoración del Fin de la Guerra de la Triple
Alianza.
1 de
marzo de 2013, Deportivo Paraguayo, Buenos Aires. Argentina.
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